Jean den Adel {Ficha}

Jean se crió en la islas Islas Eolias, cerca de Sicilia, Italia.
Nació en una cabaña abandonada en los montes de la isla cuando sus jóvenes padres, inexpertos aun, tuvieron que huir de los policías que querían inculpar a su padre de un crimen que no había cometido.
Entre la pobreza de estar en una isla desconocida y casi habitada por nadie, con apenas una embarcación pequeña que los había llevado hasta la isla, supieron salir adelante con trabajo duro y viviendo de las cosechas que esa tierra fértil y virgen les podía ofrecer.
Su madre se encargó de su educación mientras el padre llevaba el sustento a la casa, y fue desde pequeño que se cultivó en él el espíritu de ser cantante, por el entusiasmo que su madre demostraba en el canto.
Cuando cumplió los 15 años, se dedicó a ayudar a su padre en las labores de campo, aunque poco le dejaban hacer, por miedo de que algo le pudiera dañar, así que solo le dejaban pastorear ovejas por las colinas, donde aprovechaba de ensayar las melodías y alegres tonadas que, por la tarde, cantaba en el pueblo que se había formado al correr de los años. Su familia se había ganado el respeto de todos en esa isla, y de las más lejanas al contar con los alimentos que cosechaba. Todo parecía marchar excelente, y Jean había siempre sido un chico feliz y calmado, pero la desgracia nubló en parte su futuro.
Una enfermedad, una peste que vino más allá de los océanos orientales había atacado la isla, y la gente comenzó a morir. Los padres de Jean, resueltos de que tendría mayor suerte en el continente que en una isla apartados de todos, lo enviaron en la única embarcación de la isla rumbo a Italia, donde parientes cercanos a su madre lo recibieron.Eso...a dos año de estallar la segunda Guerra.
Logró establecerse en Italia, junto con sus tíos, cuando recibió la noticia de que sus padres habían muerto de aquella enfermedad que solo atacaba las islas del mediterráneo. Tendría que valerse por su cuenta de ahora en adelante, pues no contaría con la ayuda de sus tíos siempre, y ya comenzaba a precisar de otras cosas que ellos no podrían brindarles, entonces comenzó a trabajar en un circo parisiense que se hizo famoso en pocos meses y comenzó una gira por los países más cercanos, comenzando por Francia.
Fue ahí donde su vida comenzó a cambiar. Era el ayudante del circo en general, el muchacho en que nadie se detenía a pensar, y le gustaba pasar desapercibido, pero un día, paseando por la ciudad en su día libre, entonando una de sus viejas canciones que su madre solía cantarle a el, vio la figura de una mujer juguetear con su vestido en medio de la calle, riendo de una manera abierta, sin vergüenza ni pudor, flirteando con el mientras se acercaba.
En todo momento cantó esa vieja tonada siciliana, aunque sabía hablar francés a la perfección por algunos actores del circo prefería su idioma natal, mientras le seguía por callejuelas perdidas, aquella sombra femenina que tenía un aire demasiado conocido y familiar...especial, y cuando menos lo esperó, la figura se acercó para susurrarle "me gusta tu voz....canta hasta que desaparezca....y ve al Black Diamond..." Rió antes de marcharse entre las sombras, y Jean permaneció cantando la canción como se lo había solicitado, incluso cuando no la vio más allá de unas cuantas calles más abajo, preguntándose que era en realidad aquel lugar...pero no tuvo que esperar mucho más para averiguarlo.
No mucho después de un mes de aquella aparición, la misma mujer, la misma circunstancia, se lo llevó por calles ocultas, por callejones que no conocía hacia el Black Diamond. Para el mundo que lo conocía, Jean acabó por desaparecer, dado por muerto a los pocos meses de no encontrarlo, pero había nacido a una vida nueva bajo las ordenes de Madamme Le Fay, como uno de sus artistas novatos del Black Diamond.