Ferdinand

Desde antes de nacer Ferdinand ya estaba siendo criado para ser -según su fanático padre- un soldado alemán que llevara la gloria a su país. Si bien su temperamento no era el ideal, tuvo una educación muy rígida y el exigente trato de su padre se encargó de hacer el resto. Aún así, con su madre distante y el padre un conocido General del ejército alemán, el joven hijo de Beckenbauer aprendió a encontrar la felicidad en la solitaria vida que llevaba.

Al terminar el colegio y por motivos poco especificables, Ferdinand desarrolló esquizofrenia y fue gracias al médico de la familia que logró ocultárselo a todos, manteniendo así su recién conseguido puesto en el Wehrmacht Heer. Se convirtió en un hombre dedicado a su trabajo, con compañeros en lugar de amigos y una vida social casi nula. Ascendió rápidamente gracias a sus estrategias y su dedicación.

Tuvo algunas relaciones amorosas, mas todas fueron superficiales y cortas debido a diversos factores como sus crecientes ocupaciones y las continuas dudas acerca de su propia sexualidad. Dudas que desaparecieron cuando al entrar al ejército conoció a un soldado del que se enamoró perdidamente, sin embargo este joven repudiaba a los homosexuales por lo que Ferdinand se aseguró de ocultar toda evidencia. Un buen día en Berlín, el hombre que amaba fue asesinado frente a él durante un tiroteo.

A los 24 años obtuvo el rango de teniente coronel y un año después fue enviado a Francia para dirigir diversas misiones. Actualmente es apenas un recién llegado en Calais, pero por chismes de las señoras ya conoce una buena parte de los rumores.